Cada vez hay más personas que contratan un seguro de Vida o de Decesos con la intención de dejar más protegidos a los suyos en el momento en el que ya no estén. Sin embargo, aunque los dos tienen la particularidad de que entran en acción tras el fallecimiento del asegurado (o en caso de invalidez también en el de Vida) se trata de productos diferentes que ofrecen coberturas distintas. Conviene aclarar, eso sí, que ambos pueden son totalmente complementarios y no son incompatibles entre sí, por lo que hay personas que tienen contratados los dos seguros.
El seguro de Vida-Riesgo ofrece a los beneficiarios de la póliza una indemnización económica tras el fallecimiento del asegurado (o como consecuencia de un accidente con secuelas graves que produzca algún grado de invalidez), según se ha establecido previamente mediante un contrato.
En realidad, ofrece muchas de las coberturas adicionales que ofrecen los seguros de decesos pero ampliadas en cuanto a cantidad económica se refiere, como el testamento online o la atención psicológica, si bien cabe destacar que existen algunos supuestos que este tipo de productos no cubre, como, por ejemplo: suicidios durante el primer año (pasado un año desde la contratación de la póliza si sulene cubrirlo muchas compañías) y muertes voluntarias de los asegurados, actos imprudentes del asegurado (consumo de alcohol o drogas, accidentes de tráfico por culpa de estas sustancias, actos delictivos,…), o si el asegurado decide reactivar un seguro de vida o ampliar el capital asegurado, donde deberá transcurrir un plazo determinado.
Entre los seguros de Vida-Riesgo más extendidos, los más relevantes son:
Es habitual confundir seguros de Vida con seguros de Decesos ya que ambos tienen como principal fin garantizar el bienestar de los seres queridos del tomador cuando este fallezca. Sin embargo, difieren notablemente en el modo en que cada uno ofrece su cobertura:
Otra diferencia importante es en la prima que se ha de abonar por cada uno (que tiene en cuenta distintos factores, como la edad o las coberturas que se contratan), así como en los plazos de abono.
El seguro de Vida es para cubrir gastos, resarcir la entrada de dinero que esa persona pudiera aportar a la familia y poder tener dinero para rehacer o seguir con tu camino en la vida, mientras que el seguro de Decesos es para que no te preocupes de nada en la momento del fallecimiento de esa persona y te despreocupes en esos momentos tan difíciles ya que es una situación en la que la mayoría de las personas no sabe qué hacer.
El seguro de Decesos, es una prestación inmediata mientras que el seguro de Vida puede tardar hasta 3 meses en recibir el capital contratado en póliza.